segunda-feira, 19 de maio de 2008

Aún así lo amo...

El otro día estaba un buen hombre y me arrimo. Guapo. Porque me hace señas. Blanco. Cuando estoy próxima a él, comienza a caminar. Con un cuerpazo. Pienso, éste quiere que lo siga. Alto. Y pues una que es bonita e inocente sigue al hombre. Brazos perfectos. No deja de caminar hasta que estamos un poco lejos. Cara angelical. Me empezó a excitar. Bien dado. Me veía de reojo, y yo a él. Grandes muslos. Se detiene. Cabello corto. Se recarga en una pared. Castaño claro. Me hace una seña. Nariz normal. Inclina si vista hacia abajo y después me mira. Labios gruesos. Me quiere decir algo. Ojos grandes. Sólo me acerco y me agacho. Manos perfectas. Estoy apunto de desabotonarle el pantalón. Lo toco. Golpes. Suelo. Sangre. Y no recuerdo qué mas. Era el amor de mi vida. Y de eso hace un par de meses. Despierto de mi sueño y sigo estando donde me llevó. La diferencia es que sin ánimos, con dolores, inmóvil, sin fuerzas, sucio y ensangrentado. Trato de verme y parece que todo está en orden, nada fuera de lo normal. Ni si quiera lo he vuelto a ver para pedirle el divorcio y los gastos de manutención de los niños.

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